Pensándolo bien

Pensándolo bien

Milenio

Columna

Ante esta segunda ola de la pandemia de COVID-19 que se vive en casi todo el mundo, que es tanto o más severa que la anterior, los gobiernos ya no se atreven a decretar el confinamiento absoluto como lo hicieron en primavera. En buena medida, se debe a que la gente tiene más miedo a la miseria que al peligro de una enfermedad. En lo material, tardaremos algunos años en recuperar el nivel de producción y el nivel de vida que se tenía en 2019, pero, a la postre, quizá eso sea lo menos relevante, pues las secuelas emocionales, espirituales y culturales serán mucho más trascendentes aun cuando puedan parecer intangibles