Apuntes financieros

Ha pasado casi un año del cierre de escuelas por la pandemia de COVID-19, resulta paradójico que restaurantes, gimnasios y otros comercios ya tengan permiso para abrir, y las escuelas, no. No se cuestiona la necesidad de reactivar la economía. Millones de niños están rezagándose al no tener clases presenciales, con graves consecuencias académicas y emocionales a corto y largo plazos. Los más afectados son los más pobres, quienes carecen de la posibilidad de aprender en línea. Cerca de la mitad de los hogares en el país no tiene acceso a internet y seis de cada diez carecen de computadora. El impacto de la educación a distancia será menor para los niños mejor acomodados. Esto, sin embargo, exacerba la desigualdad educativa y, por ende, la económica