Afinidades selectivas

Afinidades selectivas

Milenio

Columna

Si algo vamos a aprender de la pandemia del coronavirus, es que la enfermedad no es un fenómeno individual, sino un problema social de carácter global. Con una ventaja relativa, porque desde México podemos asomarnos a un futuro posible si no luchamos para evitarlo. El espejo nos permite observar variantes frente al COVID-19. México podría ser un reflejo de los miles de muertos de Lombardía, del apocalipsis que se vive en los hospitales públicos de Nueva York, de las casas de retiro de Madrid, con cientos de ancianos muertos, o de los cadáveres abandonados en las calles de Guayaquil, Ecuador. Que la pandemia haya llegado al país con varias semanas de retraso frente a Europa y Asia permite que nos preparemos, pero también que presenciemos el derrumbe del credo neoliberal en la meca del libre mercado, Estados Unidos. Dejar al libre mercado la atención de la salud no funciona, hasta Donald Trump se vio forzado a reconocerlo y ya obligó, mediante la Ley de Defensa de la Producción, a la empresa General Motors a fabricar ventiladores tras echar abajo una negociación que se alargaba y que, argumentó el mandatario estadunidense, resultaba muy onerosa. Y ya apeló a la misma norma para prohibirle a la empresa 3M exportar los cubrebocas N95, los que requieren los médicos que atienden en las unidades de cuidados intensivos. 3M fabrica unos 30 millones de esos filtros a la semana para el mercado de EU y exporta otros 6 millones a Canadá y América Latina, que ahora ya no podrá enviar. El primer ministro Justin Trudeau se quejó de inmediato. Esa medida también afectará a México, sin duda