Iba a matar a 100 mujeres pero me quedé corto

Milenio

Crónica

Patricia “N” y Juan Carlos “N”, enjuiciados por feminicidio, están imperturbables. Él no parece preocupado, ni arrepentido de los 20 asesinatos de mujeres que jura haber cometido, más bien está tranquilo en la sala uno de los juzgados del centro penitenciario y de reinserción social de Ecatepec, donde junto con los familiares de sus víctimas escucha de la voz de un fiscal del Ministerio Público del Estado de México cómo mató, extrajo el corazón, diseccionó y arrojó a un lote baldío a su última víctima. El funcionario narra que Juan Carlos “N” confesó que su meta era matar a 100 mujeres y ya llevaba más de 20 asesinadas. En la audiencia de formulación por el delito de feminicidio se revelan sus primeras declaraciones en las que se detallan su modus operandi, sus pasiones y perversiones. Su mujer, Patricia “N”, era indispensable para enganchar a sus víctimas, las atraía con bisutería, ropa o con su facilidad para hacer amigas. Según la declaración de Patricia “N”, Juan Carlos le extrajo el corazón a su víctima, mismo que sumergió en un frasco con aguardiente, lo cerró y lo colocó en su altar a la Santa Muerte, junto con otros dos corazones de mujeres a los que les hizo lo mismo; también narró que algunas partes del cuerpo de esa mujer fueron la carne de un pozole que comieron al otro día de asesinarla