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Columna

Este 1 de junio, en medio de confusión pública, millones de mexicanos terminaron con la “sana distancia” y salieron a la calle en busca de la “nueva normalidad”. Lo hacen justo en el pico de la infección y de las defunciones por COVID-19, sin haber recibido de las autoridades instrucciones precisas sobre cómo protegerse de la epidemia; saldrán del confinamiento habiendo recibido mensajes contradictorios. Por un lado, todo el país ha sido declarado en semáforo rojo, situación de “riesgo extremo”; por otro lado, el presidente Andrés Manuel López Obrador reanuda sus giras en territorios rojos también. Además, siete gobernadores declaran que no seguirán en sus estados las directrices del gobierno federal. No hay claridad respecto de lo que es voluntario y lo que es obligatorio, todo indica que la nueva normalidad será de incertidumbre